miércoles, 3 de febrero de 2010

Cuando la publicidad va más allá y el consumidor toma las riendas


Así es el caso de este hombre, Grant Burton que, desempleado, encuentra la forma de pagarle el viaje de sus sueños a sus padres. Como muestra de cariño este australiano decide tatuarse el logo de uno de los trenes más famosos de la historia, el antiguo Interrail (ahora Eurail) para conseguir los billetes que llevarán de vuelta a sus padres a Alemania, destino que llevan años deseando visitar sin éxito.
El tren europeo Eurail está de acuerdo con mi propuesta de 4 tickets si a la vuelta tengo el logo corporativo tatuado con la dirección de la web. Cada miembro que se una me dará una oportunidad extra de acompañar a Europa para enseñar al personal de EuRail mi tatuaje. Por favor invita a todos tus amigos

Fuente: Grant Burton
Con estas palabras se presenta en Facebook con la intención de cumplir su objetivo tras la entusiasta aceptación de la compañía de aceptar su propuesta. Pero no sólo tiene que tatuarse el logo, sino conseguir que 5000 personas sean fans en Facebook. (Ya van por las 4.828 personas)

Ante esta curiosa iniciativa, que obviamente está generando un viral importante por internet, la gente se pregunta hasta qué punto es capaz una empresa de influir sobre las conductas de los consumidores. Porque, en este caso, no ha sido la empresa quien ha propuesto la publicidad, sino un admirador el que se ha ofrecido voluntario a ofrecerla de forma gratuita a cambio de unos billetes de tren.

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